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LA SENTENCIA
PARA LOS QUE TOMARON LA FOTO
Layra y su amado Samuel se despertaron al poco
tiempo, aún seguían dormidos en la cama. Abrieron sus ojos poco a poco, se
sentaron en la cama y al verse, se sonrieron con toda la intensidad de su
fuerte amor. Con hacer eso, Samuel sintió que la chica que siempre dormía con
él, sí tenía sentimientos de amor hacia él, así que tras darse cuenta de eso,
decidió olvidarse de las molestias que tenía encima por el chico nuevo en la
clase de danza.
Los dos se quedaron reposando en la cama,
retirándose el cansancio de encima para hacer unas pocas cosas antes de
volverse a dormir, por ser apenas la tarde, la noche iba cayendo. No perdían la
oportunidad de ver sus pañales.
Layra se apresuró a dejar listo a su amado chico,
ponerlo a oler bien, a cambiarle el pañal. Samuel permitió que layra hiciera
todo el trabajo, así la chica fue despojando todos los malos aromas en la piel
del niño, disfrutando de las hermosas vistas del ser humano que amaba con
locura. Podría decirse que layra era un poquito mayor para Samuel, ella tenía
quince años y Samuel doce, pero a ella le importaba poco eso, con solo
demostrarle el amor a ese niño de una buena forma, era suficiente.
Samuel se mantuvo esperando que layra terminara de
hacerle todo el proceso del cambio de un pañal, a lo que cuando eso ocurrió, se
puso su ropa normal.
Los dos echaron los pañales sucios a la basura, se
echaron un poco de sus perfumes de cada uno para tener buenos aromas en su
cuerpo.
Layra permitió que Samuel le ayudara un poco con
su vestimenta, los dos estaban tan encantados de hacer eso que cada que
conectaban sus ojos, se daban un dulce beso, sintiendo sus sabores a nada, pero
les encantaba sentir esos alientos a amor el uno al otro.
Pasó un breve rato, los dos chicos no habían visto
sus celulares, por lo que no sabían nada de lo que estaba pasando en boca de
todos los estudiantes de la academia de danza.
Fue en el momento cuando layra quiso saludar a sus
tres amigas enviándoles un mensaje. Layra abrió su celular, ingresando a las
conversaciones con Alexa, Viviana y julia. Le dio mucha curiosidad que el grupo
de conversación de la clase de baile estaba lleno de mensajes, habían casi cien
mensajes sin leer. Sin sospechar nada, la hermosa chica abrió el chat,
empezando a leer los comentarios de sus compañeros. Enseguida se dio cuenta que
el tema era ella y Samuel, rápido le llegaron las fotos donde estaba usando
pañales con su amado novio bailarín; lo que la llenó de terror fue que los
comentarios eran burlones hacia eso. El hermoso rostro de layra se puso blanco,
enseguida volteó a ver a Samuel para enseñarle eso mismo, y el niño se había
dado cuenta con su celular.
Mientras layra seguía sorprendida leyendo los
mensajes en su celular, viendo que todos comentaban cosas negativas, Samuel
tenía sus ojitos llorosos, el miedo estaba en ellos dos, sus planes de salir a
dar un paseo por la escuela llevando pañales bajo la ropa se había hecho un
tormento, por el motivo que los habían descubierto. Alguien había tomado fotos
a ellos mientras dormían y divulgado por todos lados en las redes sociales.
Ahora todo mundo sabía el secreto, tendrían que salir de eso por las buenas o
por las malas.
Los dos se quedaron sentados en la cama donde
durmieron, llorando.
Hicieron eso casi una media hora, pero luego, una
furia interna se apoderó de layra, la hermosa chica se puso de pie, le acarició
los cabellos a su amado chico y le dijo que se fuera con ella para investigar a
los responsables de haberles tomado la foto en su intimidad, porque eso había
sido una violación a la privacidad de los estudiantes de danza y como las
reglas marcaban, tendría que haber un castigo para los responsables. Ya después
se encargarían de hacer cambiar las ideas de que usaban pañales.
Samuel confió en su amada chica, así que se fue
con ella a la dirección de la escuela.
Mientras iban caminando, los chicos que ya habían
visto la publicación en sus redes, se reían de ellos, algunos no decían nada,
pero otros que sí lo hacían, les gritaban cosas relativas a los pañales, y eso
causaba que Samuel volviera a llorar, pero layra le iba dando besos en su
mejilla y limpiando sus lágrimas. Para layra, Samuel era un niño tan hermoso al
que no podía verlo triste.
Por fin llegaron a la dirección, como era una
tarde normal, les costó tiempo hacer que la directora llegara a su sitio. La
mujer entonces les cedió el acceso, los dos se sentaron y comenzaron a hablar
sus problemas con la publicación.
Layra no pudo evitar mencionar el tema de dormir
con pañales y que Samuel siempre estaba con ella en el dormitorio, así que
simplemente tuvieron que hablar el tema para poder hacer fuerte el asunto de su
intimidad, y que ésta había sido infringida.
La directora de la academia estuvo de acuerdo con
que debía haber una sentencia para los causantes de la divulgación de esa foto,
así que cuando layra y Samuel se fueron de la dirección, ella mandó a llamar a
los chicos que publicaron la foto en las redes sociales, puesto que no
ocultaron sus números y pensaron que layra nunca se quejaría.
Por el resto de esa noche, layra y Samuel
volvieron a su dormitorio, se metieron a la cama juntos, como si fueran
hermanitos, se mantuvieron acostados muy juntitos, llenos de amor, pero un amor
que por ahora era de tranquilidad. Estaban muy nerviosos por lo que fuera a
venir, y el ponerse pañales como siempre lo hacían, no les daba muchas ganas
por ahora. Así que se mantuvieron durmiendo por un par de horas y luego
volviendo a pensar en lo ocurrido, haciéndose una noche difícil.
Al día siguiente, layra y Samuel llegaron de nuevo
con la directora cuando ella los llamó. En la dirección estaban los dos chicos
que habían tomado la foto cuando estaban durmiendo juntos. La directora obligó
a esos dos chicos a disculparse con layra y Samuel, por haberles tomado la foto
en su intimidad y publicarla en los chats y redes sociales. Pero como lo que
habían hecho vulneró las reglas más fuertes, rompió con el respeto, les leyó la
sentencia de expulsión, a partir de ese día ya no eran alumnos de esa escuela
de danza. La directora les entregó a los dos chicos expulsados sus documentos,
les dijo que en todas las horas del día, podrían irse a casa.
Layra y Samuel estaban felices por esa sentencia a
sus compañeros de la escuela, pero no lo demostraban en su rostro, solamente
permanecieron en silencio mientras aquellos dos chicos se iban caminando,
llorando y furiosos por haber pensado que podrían humillar mucho a layra y al
niño.
La directora no perdió la oportunidad de
recomendar a layra y Samuel que si usaban pañales para dormir por las noches o
por el día por sus diversos problemas, siempre cerraran las puertas con candado
y las ventanas con las cortinas oscuras. Layra y Samuel afirmaron hacer eso.
Finalmente, se fueron de la oficina de la directora caminando, teniendo otro inconveniente encima: tendrían que hacer que sus compañeros olvidaran el tema de los pañales…
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