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BAILANDO Y PASEANDO
EN PAÑALES
Al día
siguiente…
Las clases de Layra y Samuel ya habían pasado por
todo el día. Estas fueron como las anteriores, sin nada distinto a lo que ya
habían hecho desde el inicio.
Por la mañana de ese mismo día, al despertar,
layra había cambiado a Samuel, le había ayudado en toda la limpieza que
conllevaban los pañales, también en el vestuario de su uniforme de danza, poco
a poco le puso su leotardo y sus mallas. Era un poco laborioso ponerse esas
prendas para el niño y los demás estudiantes varones, también las chicas, pues
las mallas y el leotardo apretaban en todo el cuerpo, tenían que subir la
prenda por sus piernas poco a poco hasta fijarlas bien en sus partes correctas.
En parte, a Samuel le había gustado mucho que
layra le hallase ayudado a ponerse el uniforme, principiando con el cambio de
los pañales.
Como layra y todos sus amigos estaban libres de
clases, ella y Samuel se habían reunido después de comer.
Layra estaba en el cuarto de Samuel, se preparaban
para ponerse sus protectores absorbentes y salir con ellos un rato por la
academia, arriesgándose a que se los llegaran a ver bajo su ropa, pero eso les
causaba muchas ganas de hacerlo y adrenalina pura.
Como parte del proceso de la colocación del pañal,
Samuel se preparó ante layra. La hermosa chica esperaba de pie, viendo a su
amado amiguito tomar su lugar y permitir que todo quedara disponible en su
amiguito.
Layra aplicó todas las protecciones a su amiguito,
todas las fragancias, haciendo que Samuel oliera rico, como todo un bebé. Luego
le puso su protección, la que usaba para solo dormir, pero ahora en esa tarde,
los dos lo usarían para salir a caminar.
Samuel se puso de pie cuando tuvo puesta su
protección. Procedió a vestirse con su bonita ropa de niño.
Luego layra se puso el suyo, compartió el momento
y el proceso con su amado amiguito, siendo como dos bonitos hermanos que se
ayudaban.
Antes de terminar de vestirse, Samuel puso música
con su celular y la conectó en su bocina, con bajo volumen para que la
disfrutaran ellos dos ahí en su dormitorio.
El niño se subió a la cama para disfrutar de
bailar frente a layra, su mejor amiga de mayor edad. Samuel puso la canción de
Dancing Kuin del grupo Abba, y se puso a bailar con sus pasos estilo ochenteros,
layra le observaba sonriente, le gustaba ver como Samuel era un buen bailarín,
ejecutaba bien los movimientos de cintura, de hombros, sus pasos eran
sensibles, como si el niño flotara en una nube, lo cual hacía pensar a
cualquiera que Samuel ni hacía esfuerzo para levantar las piernas bailando.
Layra también le acompañó en el baile. Sin subirse
a la cama, se puso a tomar su ritmo de pie, girando de un lado a otro, agitando
la cintura y sus hombros, imitando a Samuel.
A Samuel le gustó eso de su amiga, verla bailar
usando la misma prenda que él, ejecutando los pasos aprendidos en las clases.
El niño pensó en ese instante que los pañales y los pasos de danza eran una
buena combinación. Faltaría ver la combinación de los pañales y el uniforme.
Finalmente, layra y Samuel terminaron de bailar
solo dos canciones de ese grupo, si no terminarían todos llenos de sudor y no
querían eso, no deseaban acalorarse mucho para un momento en que llevarían su
protección absorbente a escondidas de todos.
Se arreglaron bien como dos chicos estudiantes en
una tarde normal, con ropa bonita y salieron llenos de nerviosismo.
Samuel caminaba un poco raro, sentía que el pañal
le hacía verse inflado, como si tuviera mucho aire dentro de su bermuda corta.
Layra también sentía algo raro en su cuerpo.
Pero sonriéndose mucho, transmitiéndose confianza,
se fueron caminando por los andadores, como si nada pasara entre los dos.
Conforme caminaban, los demás chicos de la
academia hacían lo suyo, algunos estudiaban en las mesas cercanas a los
andadores, otros reposaban bajo la sombra de los árboles, conversando sus
temas, otros leían en las bancas. Más lejos de layra y Samuel, otros chicos
disfrutaban sus momentos libres en el lago de los bailarines, el lugar donde
layra y Samuel habían ido a bañarse.
Layra y Samuel fueron a los lugares que ya habían
conocido de su escuela. A esas alturas de su estudio en la sede de danza, ya
conocían todo el lugar, pero el caminar por los mismos lugares llevando su
protector absorbente les hacía sentirse bien.
Los dos caminaban como si fueran novios, iban
tomados de las manos. Compraron golosinas, caramelos y chocolates, los que
comían en sus caminatas, cuidando que nadie les viera lo que escondían bajo la
ropa.
Después de andar y andar caminando, les llegó el
momento de retornar, pues se estaba poniendo oscuro.
Layra y Samuel regresaron al dormitorio.
Layra estaba dudando grandes cosas, le gustaba
estar con su amado amiguito como en ese momento, ir a todas partes con el
pañal, pero tenía que irse a dormir con sus amigas al dormitorio que les dieron
a ellas. Lo que podía hacer, era mudarse con Samuel para que el niño no se
quedara solo en ese gran cuarto. Así, ella podría seguir usando pañales de los que
Samuel le diera, además, aprender el proceso de la compra de esos productos.
Samuel estaba feliz con layra, no sabía que pensar
de ella, por un lado, afirmaba que su estancia en esa academia con chicos
grandes no sería nada sin layra, por otro lado, sus sentimientos eran raros,
tenía miedo de terminar enamorándose de layra y luego tener que irse de la
academia.
Al estar en el dormitorio, los dos amigos se
cambiaron los pañales que llevaron al paseo y se prepararon para dormir. Layra
ya se encontraba enviando mensajes a la tía de Samuel para que le concedieran
el permiso de cambiarse de dormitorio…
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