6
Cuando Nicole
se hizo popó ante
sus padres
P
|
asaron
largos días y varios meses en los que Nicole no pudo tocar el pañal que le
sobró la última vez que se hizo encima y se metió los grumos de popó hasta el
fondo de su vagina. Ella no estaba arrepentida por todo eso, se sentía la chica
más afortunada de tener un gusto así. Incluso había perdido el pañal porque uno
de esos días, su madre se había puesto a limpiar su cuarto con ella, tiraron
las cosas viejas y dentro de las cajas tuvo que echar el último pañal para que
no se diera cuenta. Desde esa vez, Nicole no pudo tener tiempo a solas en casa
porque sus primas se volvieron sus mejores compañías y peor aún, la
delincuencia estaba rondando sus calles y los guardias de su colonia habían recomendado
que no se quedasen niños solos en casa.
Así que casi siete
meses después del último pañal que Nicole se puso, ella no los olvidó, la
sensación que emergía de su vagina era totalmente buena como para dejarlos, por
lo que solo se mantuvo pensándolos e imaginándose en tenerlos puestos. También no
perdía la oportunidad de masturbarse de vez en cuando, sobre todo cuando iba al
baño en casa y al terminar de hacer popó en el excusado, como era obvio que tenía
que tardar haciéndolo, se recostaba en el retrete y abría un poco las piernas,
introduciendo sus dedos de la mano derecha para que los calambres comenzaran a
erizarle la piel, era algo tan rico. En esos momentos pensaba que podría
hacerse encima usando uno de sus calzones de niña, pero la comodidad de los pañales
le indicaban que debía esperarlos para gozar mejor. Igual admitía que la
sensación de hacer popó y masturbarse, era placentero.
En uno de esos días libres de Nicole, ella iba
caminando por las calles de la ciudad donde vivía al lado de sus padres. Los tres
iban por el centro y les gustaba ver las cosas que estaban de oferta y las
tiendas donde podían comprarse algunas prendas nuevas. Su cuerpo a los doce
años ya empezaba a tener forma: sus pompas se hacían grandes un poquito y adquirían
bonita apreciación, sus piernas también y sus pechos ya iban en camino a ser
como frutos deliciosos. Los que la veían caminar pensaban todo eso, el rastro
de su perfume de niña era como feromonas para los chicos mayores, quienes no se
perdían de fantasear con esos detalles.
En ese momento la hermosa chica no pensaba en los
pañales, sus pasos eran tan normales y sensuales. Sus padres hablaban de lo
suyo y la chica iba observando que a lo lejos iba caminando lo que le activaría
una extraña locura que no la dejaría en paz: Nicole vio que una niña de seis
años estaba usando pañales. Ella lo pudo saber y reconocer como oficial porque
la niña pequeña que iba delante suyo estaba usando como vestimenta unas mallas
de tela que le transparentaban la piel de sus piernas, y no llevaba calzón de
tela, solo el blanco pañal que parecía estar húmedo por tener algunas
descargas.
Nicole se puso roja al ver eso, era como si la
estuvieran viendo desnuda a ella, sus pechos enseguida se pusieron macizos y la
piel de todo su cuerpo igual se puso como de gallina; la sensación era rica,
por lo que igual sentía que su pelvis empezaba a vibrar.
Los padres de Nicole veían lo suyo y hablaban sus
cosas personales mientras su hija iba adelante muriéndose de celos por una niña
crecidita que usaba pañales. A Nicole no le importaba pensar si la niña pequeña
usaba pañales por enfermedad, o por si tenía escapes, lo que tenía en su mente
como dominación eran los celos, celos gigantescos que le hicieron morderse las
uñas de sus manos y sentirse como una total loca paranoica. Justo así se
preguntó:
¡¿Cómo rayos
una asquerosa niña usa pañales a esa edad? Yo no use pañales a los seis, justo
ahora me tengo que suicidar para tenerlos en mi vida solo por minutos… no es
justo!!
Al estar llena de toda esa envidia, justo afirmaba
que sería capaz de perder el juicio mental y la paz social e ir a arrebatarle
ese pañal a la niña, por lo que mejor se serenó, y puso un poco los pies en la
tierra, era mejor usar pañales comprados por sus mismos padres. Seguido, llena
de toda esa envidia y excitación, afirmó que los obtendría en ese mismo día.
Con eso en la mente, Nicole era como las anteriores
veces, esa relajación y excitación hacían que su vagina ya estuviera húmeda y suficientemente
lubricada como para que a su edad, se pudiera meter toda una zanahoria hasta el
fondo. La hermosa chica podía sentir que su calzón femenino estaba un poco húmedo,
pero ante el mundo nadie podía ver ninguna gotita en su pantalón en la zona de
la pelvis. Así que solo se fue con sus padres, caminando lento, y cuando dejó
de ver a la niña pequeña, entonces decidió que en ese mismo día, sería como
ella pensaba, si lo que iba a hacer tendría resultados.
Dos horas después…
Nicole y sus padres ingresaron a un restaurante
para comer una rica comida china. Se sentaron y conversaron tranquilos.
Nicole se sentía igualmente caliente, sus mejillas
no dejaban de estar así y tampoco se podía quitar la imagen de la niña que
usaba pañales en público sin problema alguno. Por lo que siendo lo más
paciente, esa seguridad hacia que sus ganas de ir al baño fuesen aumentando; podía
sentir la popó que se formó por lo que comió en la mañana poco a poco ir
descendiendo, ella solo detenía la marcha...
Hora y media después…
Nicole y sus padres comieron sus platillos. Habían
pedido un buffet y los tres estaban totalmente satisfechos. Pagaron la cuenta y
se fueron caminando hacia la salida del restaurante. Mientras iban pasando por
las otras mesas, la mente de Nicole estaba llena de chicos y chicas como ella
que usaban pañales en todo momento. A los chicos que vio sentados con sus
familias en el mismo restaurante se los había comido vivos en su mente,
visionándolos desnudos, sin nada de ropa y en espera de ser puestos en sus
pañales, así como le iban a hacer a ella en ese día.
Eso le hizo palpitar más su vagina, como si
tuviera al corazón entre las piernas. Seguido se fueron en ruta al auto.
“¡Es el
momento!”
Pensó Nicole, porque iban en camino a casa y en la
calle donde estaban, no había mucha gente, era el lugar perfecto para fingirlo
a la perfección.
Nicole estaba perdida en su mente, no había poder
humano que la detuviera de hacer lo que iba a hacer, la excitación que sentía era
suficiente como para que los calambres en su pelvis se produjeran con cada paso
lleno de tanas imaginaciones y sucias escenas.
Así que solo fingió ajustar las agujetas de sus
zapatos, se detuvo un poco y esperó que sus padres se apartaran cinco pasos
más, y cuando estuvo lista, entonces la chica se hizo ahí inclinada como si
amarrara sus zapatos. Al sentir que la primera bolita de popó salía, eso le
calentó y entonces la liberó toda. Igual los chorritos de pipí emergieron
resbalando por su pantalón color rosa. Las manchas, olores le llegaron y la
pusieron caliente.
Su madre se dio la vuelta y le vio cerrando los
ojos, haciendo presión con la cara y al ver la humedad en las piernas de su
hija, comprendió que había tenido un accidente.
─¡Hija, te hiciste pipí!─. Reaccionó ella, acercándose.
Los dos adultos se aproximaron a la chica de doce años que se quedó de pie con
la cara perdida, como hipnotizada, quien solamente se abstenía de meterse la
mano en medio de las piernas.
─¡Te hiciste popó!─. Reaccionó su padre.
Con el olor en el aire, Nicole afirmó con un
rostro fingido lleno de pena, no quería mirarlos a los ojos y entonces, su
madre le dijo:
─¡¡Eres una niña cochina, ya estás grande, no seas
asquerosa!!─.
Seguido le dio una pequeña bofetada en la mejilla.
Nicole aterrizó en la tierra, en el planeta
tierra, extrañamente su nube mágica y maravillosa se le había hecho lluvia, la había
bañado de realidad y entonces comprendió a sus padres quienes le veían
furiosos.
─¡¡Súbete al auto, y llegando a casa te me bañas
con agua fría, por sucia, no tienes juicio!!─. Repuso la madre de Nicole.
Su padre no dijo nada, únicamente fue al lado de
su hija viendo que no hubiese personas que vieran el hecho.
Nicole caminó hacia el auto, dejando un rastro de
pipí en el suelo y las huellas de sus zapatos. En sus pompas ya se apreciaba la
mancha de la popó que colgaba de su calzón, faltaban movimientos más fuertes
para que comenzara a escurrirse un poco.
La madre de Nicole puso muchos papeles higiénicos
que ella cargaba en su bolsa para que su chica se sentara, y Nicole se sentó en
esos papeles, los que no sirvieron para que el asiento de atrás no se manchara.
Los dos adultos se fueron a su casa con el olor de
popó invadiendo el auto. Nicole ya ni pensaba en los pañales, solo afirmaba que
comportarse así de caliente con esos temas tendría que ser en su intimidad.
Al llegar a
casa…
Nicole salió con cuidado del auto. Sus pompa
estaban totalmente batidas y su madre le dio camino para que ingresara primero
hasta el baño.
Nicole caminó rápido, para que nadie más la viera
y en el baño, la chica se desvistió totalmente, hasta quedarse en el calzón
femenino que le sostenía la apestosa bola café, que bien parecía cartón
remojado con agua.
Nicole se deslizó el calzón de tela por sus
piernas, viendo que todo se salía y caía al lado de sus pies, a pesar de la
pena que vivió con sus padres, le había gustado la emoción, pero eran cosas que
quería afirmar en otros momentos.
Seguido lavó bien sus piernas y su vagina,
retirando las manchas. También fue así con sus pompas, tallándolas bien con la
fibra y usando mucho jabón. Su calzón sucio lo desechó a la basura.
Los padres de Nicole ayudaron en limpiar el
asiento de atrás del auto, y así de molestos, le indicaron a su hija que estaba
castigada con lavar su ropa ella misma por dos meses enteros.
Nicole comprendió algo:
después de haber hecho
aquello, su amor y pasión hacia los pañales, serían cosa de ella misma, sus padres
no tendrían que pasar eso de nuevo ni con el más mínimo detalle posible…
Esto me hizo tener mas miedo de decirles a mis padres mi fetiche de pañales. Pero la historia es genial
ResponderBorrarPd:Continua la de la academia esa es mi favorita
Hola. Gracias por visitar y comentar. Te apoyo en la decisión de NO decirles a tus padres, porque no lo entenderían, te lo digo por experiencia, los míos lo saben y aún no lo toman nada bien, solo lo asimilan. En esta historia de Nicole eso mismo quise hacer ver, que nada sale como lo fantaseas si añades a los padres en algo que ni conocen. Saludos. :D :D
Borrar