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Una vídeo llamada caliente
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crecimiento y el desarrollo de Nicole se estaban dando al igual que una papaya
en su maduración. Ella misma veía con gran felicidad que su cuerpo
evolucionaba.
Cuando se daba una ducha en casa después de la
escuela, podía apreciar que sus piernas poco a poco se poblaban de bellos en
mínima cantidad, del mismo color a los de su cabeza, y estos mismos igual ya
estaban presentes en lo que era su joven vagina: su fina y delicada fuente de
placer. Eso le emocionaba mucho porque significaba que pronto podría estar con
alguien del sexo opuesto e ir probando experiencias que le hicieran sentir
mucho más.
En cuanto a lo que había hecho con sus padres, lo
de hacerse popó en su calzón frente a ellos para que le compraran pañales, en
su casa se había olvidado; por fortuna ellos dos no hicieron preguntas, solo
superaron su molestia con ella poco a poco, hasta que los tres volvieron a
interactuar como siempre, con mucha alegría y sonrisas.
La chica de los doce años que ya iba en camino a
los trece años poco a poco iba teniendo más y más ideas al respecto de los
pañales, ya no eran actividades sencillas en las que se los ponía en el baño a
solas y los usaba mojándolos o haciéndose popó, sino que en su joven mentalidad
ya estaba buscando el objeto con el que probar la estimulación para sentir más
cosquillas en el interior de su vagina. Esas ideas le daban porque en su
escuela por una vez a la semana, llegaban unas personas a hablar sobre la
sexualidad y eso a ella le encantaba, porque cada tema que tocaban los podía ir
rectificando con sus propias experiencias, estaba totalmente de acuerdo con las
sensaciones de las mujeres al frotarse por en medio de las piernas, al igual
con lo que era el introducirse algo sólido en la cavidad de su vulva.
En un día normal en la vida de Nicole, ella se
encontraba en la escuela. Todo su salón tenía la última hora libre, solo
estaban esperando que sonara la campana para poder retirarse. Faltaba media
hora para eso, por lo que todos conversaban con sus mejores grupos de
amistades. De pronto, Nicole vio que dos de sus compañeras se sentaron en sus
sillas vacías, las que estaban a su lado, y le comenzaron a decir a Nicole:
─¿Oye Nikki, tú que piensas sobre que las personas
a veces se desnudan por cámara para otros?─.
─Si, es un tema que esta ahora de moda. Dicen que
varias chicas de la escuela lo han hecho cuando se meten al baño─.
La preciosa Nicole escuchó eso y se sorprendió,
fue como escuchar que a muchas otras chicas les gustara usar pañales. Eso le
dio una fortuna enorme, porque le indicó que aquellas que hacían eso, también
tenían gustos raros que hacer a solas. A lo que son su tierna voz, les dijo:
─La verdad, no lo sé. Es primera vez que escucho
algo como eso─.
Su otra compañera le dijo:
─Si, son cosas que muchos chicos hacen─.
Nicole vio que las dos chicas tomaron sus mochilas
y salieron del salón para irse a dar una vuelta, mientras llegaba la hora del
toque de salida. En ese momento, Nicole empezó a sentir esas ideas algo
agradables, afirmó que eran de la talla de sus acciones con sus gustos tan
extravagantes. Se mantuvo sentada en su silla, pensando en cómo sería si ella
lo hiciera.
Mientras se concentró en eso, los ruidos de sus
compañeros se hicieron mudos, era como si estuviera en una cámara de silencio.
Su mente se concentró en imaginarse a sí misma ante la cámara de su computadora
para comenzar a desvestirse para un desconocido.
En cuestión de ocho minutos que se concentró
pensando en eso, se sintió excitada, sus respiros eran calientes y su piel se
puso erizada, ella misma lo podía sentir y ver en la piel de sus brazos. Empezó
a mover las piernas en su silla como queriendo ir al baño a hacer pipí, pero
decidió calmarse para que los últimos tiempos en el colegio se hicieron rápidos.
Y así fue.
Luego tocaron la campana, los chicos en el salón
de Nicole se echaron las mochilas al hombro y se fueron hacia la salida. Lo
mismo hizo la hermosa chica.
Nicole caminó como siempre hasta llegar a su casa,
no sin antes pasar a comprar un pañal que necesitaría para esa sesión. Por esos
momentos no se sintió caliente, pero las ganas de atreverse a hacer algo como
eso le encendieron en cuanto escuchó que el candado en su puerta quedó puesto.
Si eso era realmente una moda, definitivamente no tenía quedarse sin probarla.
Ella misma pensó con su gran mente que si lo hacía no le pasaría nada, porque
estaría actuando ante la cámara y si de vergüenza se trataba, ya había comprado
muchos pañales en riesgo que la vieran y se había hecho popó en el cazón ante
sus padres: todo sería seguro. Lo
mejor de eso, era que con hacer eso en ese momento, no dudaba que se fuese a
dar lo que más anhelaba en su vida: ver un pene, pues a esa edad, ya era
la suficiente como para pensar sin problemas en eso. En las pláticas de
sexualidad les enseñaban dildos y preservativos, pero ella siempre tenía dudas
de cómo lucía un pene de verdad, y en ese día, estaba dispuesta a ver uno.
Sin preocuparse por quitarse la falda y playera
del uniforme, se fue en busca de su computadora, pues para desvestirse, ya lo
haría delante de la cámara.
Encendió su laptop rápidamente, y mientras cargaba
todo, sacó de su mochila el pañal que como ella, estallaba en aromas a bebé. Se
encerró en su cuarto, quedándose solo en calcetas. Se recostó en su cama boca
abajo en busca de una persona con la cual hacer video llamada.
Como no tenía experiencia, entonces se puso a
buscar en internet sobre lo que era esa supuesta moda, encontrándose con foros
y páginas donde se podían hacer citas con otros desconocidos. Así que no perdió
el tiempo y se puso a entrar a un foro con usuario de visitante.
La hermosa chica escribió en la página:
Hola a todos, soy una chica de 12
años, casi 13, estoy en busca de un hombre de cualquier edad que quiera verme
por cámara, en este momento estoy vestida con mi uniforme escolar pero quiero
irme desvistiendo poco a poco, y que acepte verme usando mi pañal que me
encanta usar. Espero que quien acepte se muestre en rostro, sobre todo que me
deje ver su pene…
Nicole pulsó en enviar.
Su mensaje fue enviado a la sala donde llovían
propuestas para pasar el momento bien rico.
Nicole se puso nerviosa, pero eran nervios de
ansias, en ese instante ella quería llegar al orgasmo y que alguien le hablara
dulcemente, sobre todo, aprender a ser una niña grande tan inocente y sucia. Le
alegraba el hecho que cuando se ponía caliente, le daban ganas de hacer popó, y
en ese instante, ya estaban listas.
Seguido, en menos de cinco segundos llegó un
mensaje de un usuario que le decía:
¡Yo!
Luego llegaron más que le decían:
¡Yo nena, yo
te quiero ver usando tu pañal!
Nicole se puso caliente con el segundo mensaje,
pues fue el usuario que mencionó pañal,
por lo que sin dudarlo, abrió la sala de chat y le envió mensajes, diciéndole
sus datos de Skype para que la buscara.
Lo que Nicole quería era no perder el tiempo, sus
padres llegarían en tres horas y no estaba la ocasión para estar pensando
mucho.
Entonces, Nicole abrió su cuenta en Skype y se
encontró con el usuario. La chica puso su computadora en la orilla de su cama,
haciendo a un lado las almohadas. Esperó que se vincularan bien y luego, vio
sonar la llamada con cámara…
Nicole aceptó…
─Hola─. Dijo ella. Viendo luego que la cámara le
mostró a una persona de unos cuarenta años, con barba. Afirmó que era un hombre
casero pervertido, pero no le podía valer una popó quien le tocó para esa llamada,
pues la popó era valiosa para ese instante, ella afirmó que le mostraría su
cuerpo desnudo a ese hombre.
─Hola, nena, muéstrame─. Dijo el hombre, con su
tono de voz ronca.
Nicole sonrió, y entonces se retiró su falda
escolar pasándola por sus brazos al igual que una playera, quedándose en su
calzón color amarillo con puntitos color rosa, el que dejaba ver a princesas en
su pelvis.
─¡¡Huy que hermosa eres niña… muéstrame más!!─.
Dijo el hombre.
Nicole quiso estar así un momento antes de
quitarse las pocas prendas que le quedaban, y se quedó acostada en su cama,
viendo a los ojos a la persona que le tocó en esa primera vez. Seguido, se
sentó, comenzando a quitarse su corpiño, el cual hacía juego con su calzón
femenino. Lo hizo lento, sintiendo los mismos respiros en cada fantasía,
también eran los mismos que sintió en la escuela hacía rato.
Al quitárselo, abrió sus brazos para que el hombre
pudiera verle todo su pecho.
─Espero te gusten, pero soy bonita aún sin
tenerlos grandes todavía─. Dijo Nicole, con tono inocente, pero sintiendo que
sus palabras la calentaban más.
─¡¡Si nena, eres hermosa, divina, ponte en cuatro…
deja ver tus pompas con tu calzón!!─. Le dijo el hombre.
Nicole hizo eso mismo, entendiendo que debería
estar de rodillas y apoyada con sus manos. Le dio la espalda al hombre, dejando
ver sus pompas. Al estar así, tocó sus pechos, sintiendo que se le ponían
duros.
─¡¡Quítate tú calzoncito y ponte tu pañal!!─. Dijo
el hombre.
Nicole se llenó de calor. Con solo un exhalo casi
echó humo, y siguió para satisfacer al hombre.
Se acostó ante la cámara, viendo el rostro de la
persona, quien ya se estaba masturbando, no había dudado en hacerlo con el
cuerpo de Nicole, y ella vio que el pene del hombre ya era visible a su ángulo.
Eso le llenó de calor, deseaba estar con él como para que la penetrara con todo
ese trozo, Nicole comprendió porqué los dildos que mostraban en su colegio eran
idénticos a los de la vida real.
Así que estiró su mano y tomó el pañal, comenzando
a abrirlo.
Ella mientras lo hacía, el hombre pudo ver que el
calzón de Nicole ya estaba húmedo en su pelvis, supo que estaba lubricándose
como para una penetración. Realmente lo deseaba, con frotarse todo su pene
tieso sentía que lo tenía como un pepino.
Nicole se quitó lentamente su calzón ante la
cámara, mostrando sus pompas, su vagina y sus dos cavidades.
─¡¡Eres hermosa… ponte tu pañal y mastúrbate!!─. Volvió
a decir el hombre.
Nicole hizo caso. Se puso el pañal sin perder
tiempo, cubriéndose la intimidad y entonces, con la forma en que se masturbaba,
se metió la mano derecha en el interior del pañal y luego sus dedos, mostrando
al hombre su estilo.
─¿Te gusta? Dime que sí… ¡Ya estoy caliente!─.
Dijo Nicole, sin penas ni titubeos, sintiendo que su vagina lubricaba más y más
conforme aceleraba los movimientos.
─¡¡Claro que sí me encanta… nena... sigue…
libérate, yo aquí te miro!!─.
Entonces Nicole se calentó demasiado, por lo que
sin pensarlo más se quedó masturbándose por quince minutos ante el hombre,
sintiendo los calambres salir de su vagina y llegar a todo su cuerpo. Su piel
ya sudaba como si estuviera un derrame de agua en su ser, y vaya que sí lo
estaba habiendo.
Cuando Nicole sintió que en sus dedos ya tenía
como miel, entonces quiso seguir con sus mismos gustos, pues sus ganas de hacer
popó aumentaron. Entonces sacó su mano derecha y se puso en cuatro ante la
cámara, y le dijo al hombre:
─Me voy a hacer popó en mi pañal─.
─¡Adelante!─. Le dijo el hombre.
Nicole pujó como nunca, sintiendo las clásicas
formas de ensuciarse en el pañal. Su popó se acumuló en sus pompas, emergiendo
el olor.
Cuando terminó, Nicole sintió todo embarrado en
sus pompas, pero no quería tenerlo solamente ahí. Se acercó a la cámara y le
mostró al hombre que se sentó en la cama, sintiendo que la bola de suciedad se
le iba hacia las entrepiernas, claramente ya la tenía cubriéndole su vagina.
─¡¡Sigue… eres hermosa… mánchate si quieres… se ve
que eres una niña sucia… sigue!!─. Le dijo el hombre con ánimos a Nicole.
Ella se calentó más con escuchar que era una niña
sucia. Eso le encantó. Era tan delicioso escuchar que le dijeran sucia.
Así que para terminar y ahora sí venirse con todas
sus fuerzas, se recostó en medio de su cama y sin dudarlo, metió su mano
derecha nuevamente en el frente del pañal, sintiendo que hundía sus dedos en el
lodo, pero era su popó tibia, en perfectas condiciones para eso.
De igual forma que la primera vez, Nicole empujó
un poco de popó hasta el fondo de su vagina, hasta donde le llegaban sus dedos.
Los calambres siguieron fuertemente, dándole placer hasta la punta de sus
cabellos.
─¡¡Oh estoy muy sucia de mi vagina!!─. Dijo Nicole
al hombre.
─¡¡Sí, sigue… eres una niña sucia y te cogería
toda!!─. Dijo el hombre.
Nicole siguió frotándose con su mano derecha, tan
fuerte, sin importarle los riesgos que le pusieran venir por introducirse esas
sustancias corporales en su vagina.
Hasta que ¡¡¡HUMMM!!!
Nicole estalló en orgasmos contenidos… ya ni sabía
para donde mover sus piernas, todo era tan rico y repetido que realmente quería
que el pene del hombre fuera quien le diera todo ese placer.
Antes que lo caliente se le fuera, con las piernas
abiertas, se desabrochó las cintas del pañal, mostrándole la suciedad a su
compañero de video llamada.
─¡¡Sucia… sucia, mira que vagina tan sucia…!!─. Al
decir eso, el hombre también se vino.
Nicole pudo ver que del pene del hombre emergió un
fluido blanco en grandes gotas, igual escuchó sus gemidos como si fuera un toro
embravecido.
Los dos se mantuvieron frotándose hasta que las
ganas se fueron disminuyendo. Nicole sintió que todo había acabado, tendría que
irse a lavar rápido para evitarse molestias por la suciedad que en su cuarto
olía fuerte. Poco a poco fue sintiendo que su temperatura bajaba y entonces, se
despidieron.
Al apagar la cámara y bajar la computadora, Nicole
vio el desastre en su cama: habían manchas de popó en las sábanas y tenía que
apresurarse a poner en lavado todo eso.
Así que primeramente se fue a dar una ducha el
baño lo más rápido posible, metiendo sus dedos en su vagina para sacar los
grumos apretados de popó.
Al final, se fue a retirar las sábanas a su cama.
Las echó a la lavadora con mucho jabón y tiró el
pañal en el contenedor de la colonia donde vivía…
Con lo que era ya experta, todo quedó en casa
totalmente limpio. Todo parecía que Nicole había limpiado bien.
Cuando los padres de Nicole llegaron, vieron a su
hijita haciendo sus tareas, alguien tan responsable en la vida, pero bien
caliente y sucia en la cama…
Nooooo reee turbiooo
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