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TRATADOS COMO
BEBITOS
En ese mismo día de la demostración de baile,
Layra y Samuel se fueron a su dormitorio, sin tener pena de estar usando el
pañal enfrente de todo el mundo, todos los estudiantes y profesores podían
verles el pañal, pero no les daba pena, todos pensaban que seguían usando sus
prendas de baile. Pusieron el premio en
la cama y se acostaron, reposando, sin poder creer que habían ganado un segundo
lugar, y afirmaban que era muy merecido.
Con eso, a los dos les dieron ganas de darse un
beso, y como siempre, se dieron un duradero beso, disfrutando sus seres, con
encanto y también riéndose a carcajadas.
Después, se dieron un cambio de pañales, usando
todos los elementos, como las toallitas húmedas y el talco. Para dejar
descansar la piel de su cuerpo, no se pusieron otro, y se hicieron la nota
mental de comprar unos a la brevedad, porque ya se estaban agotando.
Pasaron unas horas, Layra y Samuel se dieron una
ducha, lavando bien lo bonito de sus cuerpos de bailarines. Al final de ese
día, se pusieron otro pañal y se durmieron juntos, igual de llenos de amor,
cuidando que cada sentimiento el uno para el otro fuera lleno de mucha energía
amorosa.
Con el evento del baile, en toda la academia de
danza, los alumnos olvidaron el incidente de las fotos, y así Layra y Samuel
pudieron vivir de forma normal, sin burlas.
Pero ahora las amigas de Layra, quienes siempre se
juntaban con ella, eran Alexa, Viviana y julia, se morían por ver los pañales
que usaban para dormir, a lo que Layra y Samuel decidieron mostrarles el
secreto sin penas.
Una buena tarde después de clases, las amigas de
Layra se fueron al dormitorio de la chica, donde ella dormía con Samuel.
Llevaron unas ricas botanas para hacer bonito el momento, y fue ahí cuando
Samuel sacó el paquete de pañales, era uno nuevo, casi recién comprado, por
apenas llevar tres pañales usados. Las amigas de Layra se pusieron felices,
emocionadas por ver los pañales que ellos dos usaban para dormir, no pudieron
evitar tocarlos, olerlos, sentir esa ligereza, la ternura que evocaba ese
sensacional producto.
Las tres chicas, amigas de Layra no pudieron
quedarse con las ganas de ver a Samuel usando esos pañales, y siguiéndoles el
juego, Samuel se puso uno. Layra no podía resistir las ganas de tener uno
puesto al lado de su mejor amorcito, y también se lo puso.
Las tres amigas de Layra sonrieron con mucha
ternura, le dieron besos a Samuel en sus mejillas por lo tierno que se miraba.
Si Samuel se miraba curiosito y hermoso con sus uniformes de danza, el leotardo
blanco y sus mallas blancas, ahora con pañal se veía mucho más divino.
Por lo bueno del momento, las tres amigas de Layra
se pusieron a jugar a los bebés con ellos, Layra y Samuel eran sus bebés, y
ellas se encargaban de darles agua y las botanas en la boca, sonriéndose mucho,
todo era divertido.
Samuel y Layra también pusieron la lealtad de sus
amigas en el cuidado en el juego, y usaron sus pañales en ese momento, de todas
las formas conocidas en el mundo. Alexa, Viviana y Julia ayudaron a Layra y a
Samuel a salir de todo ese problema, y como se hallaban en el dormitorio, no
había espías afuera ni nada malo, hicieron todo el proceso de limpieza.
Cuando se hizo más tarde, las tres amigas de Layra
se fueron a sus propios dormitorios.
Samuel se dio un baño, para limpiar su cuerpo y
ponerlo muy aromático a jabón. Layra también se dio una ducha, sintiéndose bien
porque su secreto estaba a salvo con tres chicas que comprendieron bien el
enorme gusto hacia los pañales.
Justo en esa misma noche, antes de dormir, Layra y
Samuel ya estaban con los pañales puestos, solo escuchaban música en una
estación de radio, era música instrumental; entonces, en la puerta tocaron.
Samuel se puso de pie, fue caminando, escuchando que su pañal hacía sus sonidos
bajo su pijama. Abrió la puerta y ahí estaba su tía, la profesora de la academia
que lo había hecho llegar hacía un buen de tiempo, y el bonito chico se quedó
de pie ante ella, escuchando el mensaje.
Cuando la tía de Samuel se fue, el chico cerró la
puerta, caminando hacia Layra con la mirada muy triste, y justo ahí, le comenzó
a decir que les quedaba menos de una semana como novios, al igual que usando
pañales juntos…
Layra sintió el verdadero terror, su pecho de
chica le dolió por la triste noticia, no quería perder a Samuel, lo amaba tanto
ya a esas alturas. Los dos se abrazaron y se quedaron mirando fijamente…
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