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Los estudios en pañales de Layra - Cap. 17







17

 

TRATADOS COMO BEBITOS

 

 

En ese mismo día de la demostración de baile, Layra y Samuel se fueron a su dormitorio, sin tener pena de estar usando el pañal enfrente de todo el mundo, todos los estudiantes y profesores podían verles el pañal, pero no les daba pena, todos pensaban que seguían usando sus prendas de baile.  Pusieron el premio en la cama y se acostaron, reposando, sin poder creer que habían ganado un segundo lugar, y afirmaban que era muy merecido.

Con eso, a los dos les dieron ganas de darse un beso, y como siempre, se dieron un duradero beso, disfrutando sus seres, con encanto y también riéndose a carcajadas.

Después, se dieron un cambio de pañales, usando todos los elementos, como las toallitas húmedas y el talco. Para dejar descansar la piel de su cuerpo, no se pusieron otro, y se hicieron la nota mental de comprar unos a la brevedad, porque ya se estaban agotando.

 

Pasaron unas horas, Layra y Samuel se dieron una ducha, lavando bien lo bonito de sus cuerpos de bailarines. Al final de ese día, se pusieron otro pañal y se durmieron juntos, igual de llenos de amor, cuidando que cada sentimiento el uno para el otro fuera lleno de mucha energía amorosa.

 

Con el evento del baile, en toda la academia de danza, los alumnos olvidaron el incidente de las fotos, y así Layra y Samuel pudieron vivir de forma normal, sin burlas.

Pero ahora las amigas de Layra, quienes siempre se juntaban con ella, eran Alexa, Viviana y julia, se morían por ver los pañales que usaban para dormir, a lo que Layra y Samuel decidieron mostrarles el secreto sin penas.

Una buena tarde después de clases, las amigas de Layra se fueron al dormitorio de la chica, donde ella dormía con Samuel. Llevaron unas ricas botanas para hacer bonito el momento, y fue ahí cuando Samuel sacó el paquete de pañales, era uno nuevo, casi recién comprado, por apenas llevar tres pañales usados. Las amigas de Layra se pusieron felices, emocionadas por ver los pañales que ellos dos usaban para dormir, no pudieron evitar tocarlos, olerlos, sentir esa ligereza, la ternura que evocaba ese sensacional producto.

Las tres chicas, amigas de Layra no pudieron quedarse con las ganas de ver a Samuel usando esos pañales, y siguiéndoles el juego, Samuel se puso uno. Layra no podía resistir las ganas de tener uno puesto al lado de su mejor amorcito, y también se lo puso.

Las tres amigas de Layra sonrieron con mucha ternura, le dieron besos a Samuel en sus mejillas por lo tierno que se miraba. Si Samuel se miraba curiosito y hermoso con sus uniformes de danza, el leotardo blanco y sus mallas blancas, ahora con pañal se veía mucho más divino.

Por lo bueno del momento, las tres amigas de Layra se pusieron a jugar a los bebés con ellos, Layra y Samuel eran sus bebés, y ellas se encargaban de darles agua y las botanas en la boca, sonriéndose mucho, todo era divertido.

Samuel y Layra también pusieron la lealtad de sus amigas en el cuidado en el juego, y usaron sus pañales en ese momento, de todas las formas conocidas en el mundo. Alexa, Viviana y Julia ayudaron a Layra y a Samuel a salir de todo ese problema, y como se hallaban en el dormitorio, no había espías afuera ni nada malo, hicieron todo el proceso de limpieza.

Cuando se hizo más tarde, las tres amigas de Layra se fueron a sus propios dormitorios.

Samuel se dio un baño, para limpiar su cuerpo y ponerlo muy aromático a jabón. Layra también se dio una ducha, sintiéndose bien porque su secreto estaba a salvo con tres chicas que comprendieron bien el enorme gusto hacia los pañales.

Justo en esa misma noche, antes de dormir, Layra y Samuel ya estaban con los pañales puestos, solo escuchaban música en una estación de radio, era música instrumental; entonces, en la puerta tocaron. Samuel se puso de pie, fue caminando, escuchando que su pañal hacía sus sonidos bajo su pijama. Abrió la puerta y ahí estaba su tía, la profesora de la academia que lo había hecho llegar hacía un buen de tiempo, y el bonito chico se quedó de pie ante ella, escuchando el mensaje.

Cuando la tía de Samuel se fue, el chico cerró la puerta, caminando hacia Layra con la mirada muy triste, y justo ahí, le comenzó a decir que les quedaba menos de una semana como novios, al igual que usando pañales juntos…

Layra sintió el verdadero terror, su pecho de chica le dolió por la triste noticia, no quería perder a Samuel, lo amaba tanto ya a esas alturas. Los dos se abrazaron y se quedaron mirando fijamente…









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